Siempre me consterna que los servicios del aeropuerto de Barajas, como tantos otros servicios públicos o privados en España, no estén equipados con el sistema de doble descarga, una pequeña y otra grande. Es como una caricatura: venir del norte a España y, en el primer contacto, constatar de qué manera tan irresponsable se desperdicia el agua, y más con la sequía que estamos sufriendo este año y el pasado.
¿No debería ser obligatorio el sistema de doble descarga en sitios como aeropuertos, museos, cines, hospitales..., sistema que, sin embargo, es utilizado de forma común en países del norte, en donde el problema del agua no es tan grave.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de enero de 2006