A veces tengo la tentación de pensar que una de las características del perfil de la selección de los agentes de la guardia urbana debe de ser ser duros de oído. ¿Por qué? Pues, sencillamente, porque con amigos y conocidos comentamos -especialmente cuando tenemos que parar de hablar, porque no nos oímos entre nosotros-, que parece mentira que no multen de verdad a los conductores de esas motos que tanto ruido hacen.
Tanto hablar de contaminación acústica, y parece que para este tema de las motos, no hay voluntad política de resolverlo. Y especialmente son las motos de baja cilindrada, porque son las que llevan la matrícula amarilla alargada en vertical. Pues vamos a ver si de una vez por todas la Guardia Urbana hace algo, que ¡ya está bien! Y si hace falta, que les quiten por una temporada la moto a esos conductores, y a ver si se corre la voz.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de febrero de 2006