La familia de Dolores Santiago, la mujer asesinada en 1977 y cuyos restos se hallaron en junio de 2005 enterrados en un cuarto del Hotel Augusta de Palma, va a recurrir a la vía civil para intentar que se demuestre la culpabilidad de su presunto asesino. Todos los indicios de la investigación policial apuntan a un compañero de trabajo de la víctima, con el que supuestamente mantenía una relación sentimental y que hoy tiene 73 años. "Él ni siquiera ha pedido perdón. Para nosotros es una provocación", afirma José del Río, sobrino político de Santiago.
El delito ha prescrito para la justicia penal, lo que supone que el autor no irá a la cárcel, pero los familiares pretenden que se reconozca su culpa. La única vía es interponer una demanda. Según Ríos, la familia se reunirá el viernes con un abogado para iniciar los trámites en Granada.
El procedimiento civil, además, puede reconocer el derecho a una indemnización para los parientes de Santiago, que murió soltera y sin hijos. Ríos, no obstante, insiste en que el objetivo de la familia no es económico: "¿Quién quiere una compensación manchada de sangre? No vamos a por él para sacar dinero", afirma. "Este hombre ha pasado 30 años burlándose de la justicia y lo que queremos es que ahora se sepa que es culpable".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de febrero de 2006