Mi padre, anciano jubilado, ha sido derribado al suelo por el ataque de un perro de vigilancia de los servicios de seguridad del Metro de Madrid, afortunadamente sin consecuencias serias. Volvía de practicar pintura junto a mi anciana madre en el Círculo de Bellas Artes.
¿Están entrenados los perros policía para detectar la esencia de trementina propia del pintor de óleo y se les escaparon los explosivos del 11-M? Exijo seriedad en los servicios caninos de seguridad y respeto a las personas honradas, aunque huelan a disolvente... por ser pintores de óleo. Y respeto a los ancianos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de febrero de 2006