Cuatro de cada diez casos de cáncer que se diagnostican al año en el mundo podría evitarse, según un informe hecho público ayer por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con motivo del día internacional contra la enfermedad que se conmemora hoy. Ello supondría pasar en el mundo de 7,6 millones de fallecimientos al año (de ellos, casi 100.000 en España) a 4,6 millones.
En total, el cáncer es responsable del 13% de los 58 millones de fallecimientos que se producen cada año en el mundo. Y esta lacra aumenta en todos los países: en 2015 la OMS calcula que morirán 9 millones de personas por esta enfermedad; en 2030 serán alrededor de 11,5 millones.
El tabaco es la principal causa de cánceres evitables, recuerda la OMS. El humo de los cigarrillos propios o ajenos está detrás de casi todos los tumores malignos de pulmón, y muchos de garganta, boca, páncreas, vejiga, estómago, hígado y riñón, entre otros.
Otro grupo de cánceres evitables son los causados por virus y enfermedades crónicas. La OMS calcula que uno de cada cinco tumores malignos se debe a esta causa. El virus de la hepatitis B, por ejemplo, que puede evitarse mediante una vacunación, puede acabar desembocando en cáncer de hígado; los virus del papiloma, que se transmiten por vía sexual, son el origen de los cánceres de cuello de útero; y una bacteria tratable con antibióticos, la Helicobacter pylori, puede producir lesiones que degeneren hasta un cáncer de estómago.
Plan mundial
Para intentar frenar el avance de la enfermedad la OMS ha elaborado un plan cuyo objetivo es evitar 8 millones de muertes entre 2006 y 2015. Una parte de este plan es la Convención Internacional contra el tabaco y el plan para fomentar la actividad física y reducir la obesidad, factores que están contribuyendo a aumentar la incidencia de la enfermedad sobre todo en los países menos ricos. Otros factores de riesgo prevenibles son muchos carcinógenos ambientales. Entre ellos la OMS destaca el amianto y algunas radiaciones.
Aparte de evitar las causas conocidas del cáncer, el plan también se enfrenta a qué hacer cuando éste aparece. La primera medida es impulsar los programas de detección precoz. Esta iniciativa tiene dos partes. Por un lado, la educación de los ciudadanos -que aprendan a identificar problemas como lunares indicadores del cáncer de piel; bultos en el cáncer de mama; la tos como indicador de un posible cáncer de pulmón- y los programas de cribado (realización de pruebas diagnósticas, como análisis o mamografías en grupos de riesgo) que permitan reducir su incidencia.
El plan también incluye hacer accesibles los tratamientos (más de la mitad de los cánceres se curan en los países ricos), y, para los últimos momentos, desarrollar sistemas de cuidados paliativos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de febrero de 2006