En las próximas semanas, el Gobierno va a aprobar una serie de medidas para mejorar el funcionamiento del mercado eléctrico. Las medidas no están directamente relacionadas con la OPA, aunque sí afectan a la competencia en el sector energético.
Entre esas medidas destacan dos que afectan al mercado mayorista eléctrico (pool), el espacio donde se casan oferta y demanda de electricidad. Los precios de ese mercado, que se han disparado en los últimos meses, siempre han estado bajo sospecha de manipulación. Aunque esos precios mayoristas no afectan directamente a la tarifa que pagan la mayoría de los usuarios domésticos (que se aprueba cada año), sí acaban por distorsionar el sistema.
Sencillamente, esos precios, ahora disparados, sirven a las compañías para reclamar el denominado déficit de tarifa (diferencia entre la tarifa regulada y los precios reales de producción). En 2005, ese déficit superará los 3.500 millones de euros.
Para acabar con esas sospechas de manipulación, el Gobierno prohibirá que las empresas que generan, distribuyen y comercializan electricidad compren y vendan kilowatios en el pool en la misma franja horaria. Comprarán o venderán, pero no podrán simultanear ambas actividades.
Asimismo, se impondrán las denominadas subastas virtuales de capacidad a las compañías. Con esas subastas, las empresas cederán parte de su soberanía sobre las centrales que, en época de gran demanda de energía, producen kilowatios necesarios pero muy caros, lo que arrastra los precios al alza.
Las medidas, paralizadas por la OPA sobre Endesa, entrarán en vigor en julio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de febrero de 2006