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Reportaje:EL DESAFÍO IRANÍ

Israel vigila a su rival

El Estado hebreo no está dispuesto a permitir que ningún otro país musulmán, después de Pakistán, fabrique armas nucleares

Jerusalén
Tras varios años de advertencias, la agencia de la ONU encargada de luchar contra la proliferación nuclear, el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), decidió ayer llevar a Irán ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Irán dispone ahora de un mes para encauzar su programa nuclear bajo control del OIEA o exponerse a posibles sanciones internacionales. La carrera atómica iraní empezó hace dos décadas, cuando tres funcionarios iraníes se reunieron con el científico Abdul Qadir Khan, considerado el padre de la bomba atómica paquistaní. Desde entonces, el régimen de los ayatolás siempre ha sostenido que su única intención es abastecerse de energía nuclear para uso civil.

Israel, única potencia nuclear entre el Mediterráneo y Pakistán, no está dispuesto a que ningún otro país musulmán disponga de armas nucleares. Y se mantiene atento. Muy vigilante. Funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores han viajado sin descanso durante las últimas semanas al Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia... Trataban de persuadir a sus homólogos de la imperiosa necesidad de dar el paso adelante. "Irán no se tomará la amenaza en serio si el asunto no se lleva al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", afirma Yehuda Yaakov, director del Departamento de No Proliferación y Contraterrorismo. Y añade: "Si la comunidad internacional no lo consigue, no seremos un jugador amistoso en esta partida".

Los diplomáticos israelíes opinan que el régimen de Teherán no podrá colocar armas atómicas en sus cohetes Shihab, capaces ya de alcanzar suelo del Estado judío, antes de un lustro. Pero temen que si no se detiene inmediatamente la asistencia a su programa nuclear dejarán de necesitar la ayuda tecnológica de los países que ahora le asisten en el plazo de seis meses o un año. "En medio año podrían ser capaces de encadenar en cascada 50.000 centrifugadoras. El siguiente paso es producir material fisible para construir cuatro o cinco bombas. Por último, serían colocadas en los misiles Shihab. Todo el proceso se puede demorar cinco años", asegura Yaakov.

Israel, que ha peleado en varias guerras desde su fundación en 1948, siempre ha estado muy pendiente de los planes armamentísticos de los Estados de Oriente Próximo. En 1981, cazas de la aviación israelí bombardearon el reactor nuclear de Osirak, al sur de Bagdad, y frenaron en seco las ambiciones atómicas de Sadam Husein. No parece que se haya llegado a ese punto respecto a Irán. Pero Israel -que no ha firmado el Tratado de No Proliferación nuclear- apuesta decididamente por la eliminación de las instalaciones atómicas iraníes. "Debe desmantelar su programa nuclear", apunta Yaakov, satisfecho de la posición que adoptaron el 12 de enero los tres países -Reino Unido, Francia y Alemania- que han dirigido las negociaciones con el Ejecutivo persa en los dos últimos años. Londres, París y Berlín decidieron hace tres semanas que las conversaciones con Irán habían llegado a "un punto muerto". "En vista del caso omiso que ha hecho a los llamamientos del Organismo Internacional de la Energía Atómica y de la hasta ahora insuficiente cooperación... ha llegado el momento de acudir al Consejo de Seguridad". Precisamente lo que Israel reclamaba desde hace muchos meses.

"Francia, Alemania y el Reino Unido se habían movido más lentamente de lo que Israel hubiera deseado. Pero la UE ha mostrado ahora una posición consistente. Nunca había escuchado un discurso tan contundente de los dirigentes europeos. Todo el mundo sabe que se cometió un grave error en agosto de 2005", comenta el diplomático israelí. "Es muy interesante el cambio de lenguaje de Moscú", señala el diplomático.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de febrero de 2006