Pintem Junts fue un intento de colaborar, enriquecer la ciudad de Valencia, darle vida y color, pero la respuesta del Ayuntamiento fue clara: pintar las paredes de gris. Este color me recuerda a una época que no viví, pero que tengo presente por generaciones como las de mi padre y porque treinta años no son demasiados. La censura sigue a la orden del día, esta vez con el caso de los graffitis en el Barri del Carme, pero miremos los medios de comunicación, las empresas, el cine...
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de febrero de 2006