No pudo ser. Mayte Martín estaba fuertemente acatarrada y no pudo cantar como ella sabe. Cantó bien, no obstante, pero dentro de unos límites y tirando a abreviar. Hizo parte de su repertorio: vidalita, malagueñas, siguiriyas... Puso buena voluntad, cantó incluso bien, pero su cante glorioso al que nos tiene acostumbrados no llegó a forjarse explícitamente. Antes que ella habían cantado Salomé Pavón y Arcángel. Salomé dijo el cante con gusto, el cante de su casa, la casa de los Pavones, por una parte, y de Caracol, por otra. De todos se acordó en unos cantes cuajados de dificultad, que ella hizo de manera natural y sencilla, terminando con la debla de Tomás Pavón, tan difícil.
Festival de Flamenco Caja Madrid
A mi manera: voces de ensueño. Cante: Salomé Pavón, Arcángel, Mayte Martín. Toque: José María Molero, Miguel Ángel Cortes, Juan Ramón Caro. Teatro Albéniz. Madrid, 4 de febrero.
El gran triunfador de la noche fue Arcángel, en un recital largo y tenso. Es cantaor fácil, o por lo menos lo parece. Canta con la voz clara, sin roces ni otros incidentes. Voz clara, con potencia, que normalmente él lleva con facilidad a lo más alto y allí la mueve sin problemas. Cantó muy bien por siguiriyas, por alegrías, por fandangos de Huelva. Dijo que Madrid es la capital del flamenco y siguió cantando. Lástima que en su cante no se acuerde de los bajos, porque entonces sería un fuera de serie. Hoy es un buen cantaor que gusta mucho a las audiencias. Que no es poco, en cualquier caso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de febrero de 2006