El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, estimó ayer que los occidentales deben evitar caer en "la trampa" de los que promueven una guerra de civilizaciones y trabajar para "rebajar la tensión" creada tras la publicación de las caricaturas de Mahoma.
En ese sentido, el ministro pidió que se respete la libertad de expresión, pero también que se tenga "la suficiente capacidad y responsabilidad de entender la sensibilidad y los sentimientos religiosos y culturales de otras culturas y otros pueblos".
El ministro sugirió a Albania, país de mayoría musulmana donde estuvo de visita y desde el que hizo estas declaraciones, que utilice su influencia para que la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) adopte una línea de "moderación y diálogo". El Gobierno de Tirana emitió ayer un comunicado en el que califica de "inaceptables e injustificables" los asaltos a legaciones diplomáticas europeas en países árabes.
Moratinos confirmó que España ha reforzado la seguridad de sus embajadas en la zona conflictiva, aunque dijo que ninguna de ellas ha sido amenazada ni objeto de ataques. La Oficina Comercial española en Beirut sufrió, sin embargo, el domingo la ruptura de sus cristales, por obra de los manifestantes que incendiaron la embajada de Dinamarca.
"Estamos tratando de rebajar la tensión", reiteró Moratinos, que, tras el estallido de la crisis, promovió un comunicado conjunto de la Unión Europea y la Liga Árabe para que se vuelva al diálogo. Con ese fin, habló el sábado por teléfono con la ministra de Exteriores de Austria, Ursula Plassnik, presidenta de turno del consejo de la UE, y con Amer Mussa, secretario general de la Liga Árabe.
El domingo, conversó sobre este mismo tema con el secretario general de la OCI, Ekmeleddin Ihsanoglu, y con Saud al Feysal, su homólogo de Arabia Saudí.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de febrero de 2006