En mi barrio hay muchas calles, pero la de Fernando Poo debe traer muy malos recuerdos a nuestros regidores municipales; quizá alguno hizo allí la mili. Esta calle ha estado abierta durante más de un mes -aceras, asfalto...-, lo que nos obligaba a peatones y coches a confraternizar demasiado peligrosamente. Hace aproximadamente 15 días terminaron. ¡No! Falsa alarma: la han vuelto a abrir para meter unos grandes tubos rojos. Calle mala, ¡qué habrás hecho! Seguro que te lo mereces.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de febrero de 2006