Ayer lunes, 6 de febrero, quedó palpable una vez más la discriminación a que nos somete Renfe a los usuarios de su línea de cercanías Bilbao-Muskiz. El tren que debería haber salido a las 8.10 de la estación de Trapagaran y que todos los días lo hace con retraso, lo hizo ayer con adelanto, sin importarle ni a Renfe ni a su jefa de estación de Trapagaran la situación de los usuarios, que nos quedamos sin servicio, según la jefa de estación, hasta pasados 30 minutos porque había retrasos en la línea.
Esto nos obligó a coger nuestro vehículo particular hasta otra estación de la línea Bilbao-Santurtzi y pudimos comprobar que en esa línea no había retrasos y que, como todos los días, gozaban de frecuencia de trenes cada 5 minutos.
Esta discriminación de la linea Bilbao-Muskiz no sería problema si fuese anecdótica, pero por desgracia cada vez es más frecuente y lo seguirá siendo hasta que el metro llegue a Santurtzi y a Renfe se le vayan los usuarios de la línea Bilbao-Santurtzi. Entonces sólo quedaremos los sufridos usuarios de la zona minera, que solo se acuerdan de nosotros para hacernos compartir la línea con trenes de mercancías que no quieren las demás líneas. Hasta entonces seguiremos aguantando estaciones tercermundistas y una vía única sin la conexión prometida desde hace muchos años con el metro. Incluso las promociones de Renfe y los periódicos gratuitos no existen para los usuarios de la zona minera.
Esta carta podría ser firmada por la mayoría de los usuarios pero por premura de tiempo solo es firmada por once usuarios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de febrero de 2006