Ferran Mascarell es un hombre que busca, de oficio, evitar los dramatismos y, si puede, eludir enfrentamientos. Su primera salida al ser preguntado por las declaraciones de José Bono sobre el castillo de Montjuïc fue un brindis distendido: "¿Bono? Es un cantante de rock, ¿no?". La postura de Mascarell refleja la del equipo de gobierno, sobre todo los socialistas: nada de guerras. Y menos en el uso de "símbolos patrios" al que Bono se abona. En el Ayuntamiento de Barcelona late el convencimiento de que el ministro de Defensa confunde conceptos, entre ellos, Barcelona y Cataluña. Además de Cataluña y Pasqual Maragall, de modo que su encono con el presidente de la Generalitat le lleva a tratar de castigarle en una zona que es de competencia municipal de Barcelona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de febrero de 2006