El director de Protección Radiológica del CSN, Juan Carlos Lentijo, explicó que lo más sorprendente es la aparición de plutonio y el americio, ya que el radio es un material más común y está presente en la naturaleza. El plutonio y el americio sólo se producen artificialmente, por reacción nuclear. La dosis detectada (menos de 1 bequerelio por gramo) es menor que la necesaria para declarar una instalación como radiactiva.
La única vez en la que se han encontrado en España trazas de plutonio y americio en el suelo o subsuelo ha sido en los terrenos de Palomares (Almería), donde cayeron cuatro bombas nucleares que transportaba un avión estadounidense. La zona sigue contaminada y el Consejo prohíbe construir en ellas o cultivarlas. El Ciemat anunció hace más de un año su intención de expropiar y limpiar las dos zonas de Palomares, pero el Gobierno aún no ha adquirido los terrenos.
Las trazas de la Complutense aparecieron durante los trabajos de desmantelamiento y limpieza del Ciemat. Fuentes del Consejo de Seguridad Nuclear afirman que mientras dure la limpieza pueden aparecer nuevos restos. "Nadie sabe bien lo que se hacía allí, así que nadie puede decir lo que habrá. Hablamos de una instalación creada en los años cincuenta. Los residuos que han aparecido no estaban documentados en ninguna parte y no debían estar allí, y sin embargo están", añaden las mismas fuentes. Éstas añaden que "por eso se hizo la limpieza", y admiten que "puede haber más sorpresas".
La zona fue vallada, aislada y declarada zona sensible. Los inspectores del Consejo tienen previsto visitar hoy el campo de fútbol y continuar con la descontaminación.
La aparición del material radiactivo se une a la contaminación que en diciembre sufrieron dos trabajadores del Ciemat. Éstos resultaron contaminados a bajas dosis por americio usado para calibrar instrumentos. Aunque inicialmente el Ciemat atribuyó la contaminación al plutonio, los análisis concluyeron que se trata de americio, y que el plutonio era un falso positivo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de febrero de 2006