Ya estamos acostumbrados los vecinos de Barcelona, pero cuando nos afecta tan directamente no deja de sorprendernos.
Un buen día el Ayuntamiento tiene la idea de convertir la avenida de la Mare de Déu de Montserrat en una vía rápida, de sentido único, sin consultar a los vecinos, claro. Alguien de la plaza de Sant Jaume consideraría que eso era lo que nos convenía, pero no se le ocurrió consultárnoslo. El invento nos ha partido el barrio en dos, ha creado problemas de circulación, ha congestionado las calles más estrechas al intentar hacer el recorrido a la inversa (ya que los vecinos del Guinardó también vamos y venimos).
Desde los despachos municipales todo esto no se ve, ya que para ellos somos un simple punto en el mapa. Nuestra opinión no se ha tenido en cuenta a la hora de hacer este desaguisado, pero ¿la tomarán en consideración, al menos, para rectificar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de febrero de 2006