Sadam Husein añadió ayer más confusión al caótico juicio que se celebra contra él y siete altos cargos de su régimen en Bagdad, al anunciar que han seguido una huelga de hambre durante tres días. Uno de los tres testigos citados ayer se negó a declarar y aseguró que había sido forzado a comparecer, como ya sucedió el día anterior con dos ex colaboradores del dictador. El juez aplazó el proceso hasta el próximo día 28.
En una sesión de tres horas, Husein y su medio hermano Barzan Ibrahim al Tikriti, también procesado, entonaron viejos eslóganes en apoyo del régimen del dictador y de su partido, Baaz. La sorpresa vino cuando dijo: "Hemos estado en huelga de hambre durante tres días para protestar por la forma en la que nos han traído al juzgado", hecho que no mencionó el día anterior. Los ocho acusados boicotearon el juicio por la matanza de 148 chiíes en Dujail en 1982 en las dos sesiones anteriores, pero el lunes fueron obligados a asistir, aunque no lo hicieron sus abogados.
La negativa a declarar de otro testigo, un antiguo miembro de la inteligencia iraquí, añade más dudas a la imparcialidad del juicio, después de que el primer juez principal, Rizgar Amin, dimitiera alegando presiones políticas. El actual presidente del tribunal, Rauf Abdel Rahman, procede de Halabha, donde en 1998 fueron gaseados 7.000 kurdos, entre ellos algunos de sus familiares.
Por otra parte, ayer murieron al menos 11 miembros de una familia de granjeros al norte de Bagdad, entre ellos un niño de cinco años, tiroteados por nueve pistoleros enmascarados, según la policía y testigos. Entre los muertos se encuentra un jefe tribal, el jeque Husein Sarhan al Hiyali, propietario de la granja en la ciudad chií de Balad. Además, el Ejército de EE UU anunció la muerte de dos presuntos insurgentes y la detención de otros 16 en una redada en la provincia de Diala (noreste de Irak).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de febrero de 2006