"Con el 6-1 de la ida, muchos, en vez de analizar que fue un accidente o algún penalti no pitado, nos humillaron. El Real Madrid ha levantado la cara, su orgullo y tesón y ha demostrado por qué la afición confiaba en nosotros". Con este discurso, recogido por la página web del club, Florentino Pérez dio su particular versión del partido del martes, en el que el Madrid derrotó 4-0 al Zaragoza y se quedó a un gol de una remontada que parecía imposible. La eliminación pudo menos que la euforia en la que quedó envuelto el club, y que llevó a su presidente a calificar la noche vivida como "mágica y heroica".
El director deportivo, Benito Floro, se mostró más comedido, aunque también apeló a la historia del club: "Partidos como el del martes ayudan a conocer la historia del equipo tanto a los que participan en el juego como a los que vienen de abajo", comentó.
Tampoco los jugadores se quedaron cortos en sus alabanzas. El comportamiento de la grada del Bernabéu dejó impactado a más de uno. A Baptista, por ejemplo. "Desde el principio se notó como el público te empujaba en cada jugada. Fue increíble, grandioso. Un diez se queda corto. Nunca en mi vida había vivido un ambiente así", declaró el brasileño.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de febrero de 2006