El pasado martes 7 de febrero de 2006 aparecía, en la sección de Opinión del Lector de Andalucía, una columna titulada Andaluces, levantaos firmada por el señor Francisco Buenestado Castro de Córdoba. Un tema, Andalucía y los andaluces sobre los que este señor hace un aparente análisis, personal, introspectivo, de una situación social que le preocupa (no lo dudo); pero con demasiada exigencia de aparato de resonancias y de ecos mediáticos. Este señor se queja del pasotismo y conformismo de la sociedad andaluza; ello hace culpable de que mantengamos fija en sus cargos a una clase dirigente que disponen de las instituciones como de cortijos particulares en los que trajinan con un nepotismo desvergonzado. Señor Buenestado: no se esconda detrás de una generalidad, ni me incluya en ella. Yo no mantengo fijo a ningún cargo. Ni me importa ni sé lo que hizo con su voto. Yo he votado a PSOE como la mayoría de los andaluces, por eso ocupan el mayor número de escaños en el Parlamento, ¿es eso autocomplacencia de los andaluces?. Según usted los andaluces nos entontecemos de puro contento dada nuestra fácil disposición a la satisfacción reforzado con continuas campañas oficiales en los medios públicos que alimentan nuestra vanagloria... ¿Podría entontecerse alguien de puro contento? ¿Tanto le cuesta aceptar que el verdadero cambio empezó con todo lo que significó el artículo 151? Tras dos "modernizaciones" somos un montón de tontos hartos de sopas. Ni tanto ni tan calvos; más bien creo que a la suya debieron echarle algo. Aquí, en Andalucía, señor Buenestado, el que confunde caldo con puchero se lo toman por sopas. ¡Feliz día de Andalucía!.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de febrero de 2006