El 30% de los alumnos catalanes de entre 10 y 16 años presentan especial vulnerabilidad, lo que significa que en el futuro pueden generar violencia o ser víctimas de episodios de acoso escolar, el denominado bullying. Así lo asegura el Observatorio sobre la Violencia en las Escuelas, un proyecto promovido por la Universidad Autónoma de Barcelona con la colaboración de instituciones y 25 escuelas e institutos de Cataluña y Andorra.
Los alumnos vulnerables son los que se sienten desorientados entre sus compañeros y no tienen una clara percepción del papel que desempeñan en el aula. "Los que no se sienten bien dentro del grupo de clase pueden generar en un futuro actitudes violentas", explica María Jesús Comellas, coordinadora del estudio. Según el informe, en las aulas se dan muy pocos casos de violencia, pero ello no significa tener que bajar la guardia, más bien lo contrario. "Se trata de avanzar en métodos de prevención antes de tener que enfrentarnos a conductas violentas ya consumadas", concluyó Comellas.
Los autores del estudio han realizado a 4.000 alumnos una serie de preguntas para detectar las actitudes hostiles entre ellos. Así, los chicos y chicas tenían que enumerar los compañeros con los que les gustaría trabajar, los que no, quiénes creen que les han elegido y quiénes no. "A partir de las percepciones que tienen los alumnos, hemos detectado las hostilidades dentro del aula", declaró Comellas.
De este modo, han localizado tres grandes grupos de alumnos vulnerables a la violencia: los que son rechazados, los que piensan que son rechazados cuando en realidad no lo son y los "invisibles": aquellos que no son rechazados pero a los que la gran mayoría de los alumnos no les tiene en cuenta. En el estudio también se afirma que la percepción que tienen los profesores sobre la relación que establecen entre ellos los estudiantes coincide con la que tienen los alumnos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de febrero de 2006