La bomba que ETA hizo estallar en la noche del jueves en una empresa sita en un polígono industrial de Trapagaran (Vizcaya) estaba compuesta por entre cinco y seis kilos de cloratita, según precisó ayer el Departamento de Interior vasco. Los terroristas quisieron atentar contra la constructora Enrique Otaduy, a la que citó expresamente el comunicante que en nombre de ETA avisó al diario Gara de la colocación del artefacto, escondido en una mochila, una hora antes de su explosión. Sin embargo, esta empresa se trasladó a Bilbao hace varios meses y el pabellón lo ocupa actualmente Talleres Batuak, una firma de reparación de vehículos industriales.
El atentado, el noveno en lo que va de año y el segundo de esta semana, dañó principalmente a las oficinas de Talleres Batuak, que, con todo, pudo reanudar en la mañana de ayer el trabajo en el resto de sus instalaciones. El Ayuntamiento de Trapagaran reunió a su junta de portavoces para condenar la acción, como hicieron los partidos e instituciones democráticas y las patronales vascas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de febrero de 2006