El País Vasco recibió a 9.024 personas más de las que se abandonaron la comunidad autónoma en 2004, según los últimos datos del Eustat. Fue el quinto año consecutivo en el que el saldo migratorio -la diferencia entre entradas y salidas de población- resultó positivo en la comunidad autónoma, gracias principalmente a la llegada de extranjeros. El incremento de habitantes por movimientos de población en 2004 fue de un 44% con respecto al año anterior.
En 1988, el balance migratorio era negativo en 10.089 personas. Desde entonces, Euskadi ha ido recuperando población de forma moderada hasta el año 2000, en que se invirtió la tendencia y comenzó a registrarse un fuerte repunte al alza.
Durante 2004, el 8,5% de la población realizó algún cambio de residencia, aunque la mayoría de los movimientos fueron para instalarse en otro punto de Euskadi. El saldo migratorio con el resto de comunidades fue negativo (2.640 personas), mientras que el balance de los procedentes del extranjero fue positivo en 11.664 personas, un aumento del 20%.
Las regiones que constituyen un polo de atracción para los emigrantes vascos son, por este orden, Cantabria, Castilla y León, Madrid y Navarra. Entre las cuatro reciben una de cada dos personas que salen fuera.
Del extranjero llegaron 13.563 inmigrantes, cifra similar al año anterior, que representaron el 45% del total de entradas en Euskadi. El aumento es apreciable durante los últimos años, ya que en 1988 se contabilizaron 500 entradas de extranjeros. El Eustat ha constatado que una tercera parte de los extranjeros proceden de otras comunidades autónomas.
En cuanto al nivel de titulación, los niveles más bajos suponen el 51,2% en las inmigraciones y el 50,5% en las emigraciones, mientras que con estudios superiores suponen el 12% y el 16,5%, respectivamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de febrero de 2006