El jueves pasado quise comprobar si las firmas que está recogiendo el PP son de fiar o, por el contrario, pueden ser fácilmente falsificables.
Para ello, intenté apoyar la petición con nombres inventados y DNI falso. Al instante, el programa me advirtió que existía un error en el DNI. En un primer momento, me alegré de que fuera rechazada la manipulación intentada, y de que, aunque el contenido me parezca inaceptable y la pregunta capciosa, al menos, la forma parecía correcta y la manipulación imposible.
Desconfiando del resultado obtenido, envié un segundo apoyo, con un nombre hilarante: Pinochote Pepero, Ángel, y con mi DNI verdadero. Inmediatamente el programa me agradeció el apoyo, con lo que empecé a mosquearme. A renglón seguido, inventé otro nombre absurdo: Cabroncete Achotado, Paulino, le agregué de nuevo mi DNI verdadero, y el programa volvió a agradecer el nuevo (?) apoyo.
En conclusión: la recogida de firmas del Partido Popular resulta un fiasco; cualquiera puede apoyar indefinidamente aunque use nombres falsos, y sus apoyos son contabilizados y agradecidos.
Después de lo anterior, envié un correo a la página del PP en la red, advirtiéndoles del error (?), con acuse de recibo, y no he recibido, a la presente, contestación, de lo que infiero que, si no han advertido el error, son unos ineptos, y que si lo conocen son impresentables.
Siento mucho que el principal partido de la oposición se mueva en estos parámetros, aunque no soy ni seré su votante ni simpatizante, y creo que el pueblo español tomará nota del talante de los que intentan ser algún día partido de gobierno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de febrero de 2006