La ladera junto a la que se yergue la Seu Vella de Lleida sufre desprendimientos periódicamente desde tiempo inmemorial. Ahora, el Ayuntamiento ha instalado una red metálica para evitarlos. El otero que alberga la Seu Vella ha perdido, desde siempre, tierra y piedras. En los últimos meses, sin embargo, las caídas se habían incrementado, coincidiendo con la reapertura de la ronda, hasta hace poco cerrada al tráfico y ahora transitable. La medida busca evitar daños a peatones y vehículos. Se plantarán también arbustos y árboles para frenar movimiento del talud.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de febrero de 2006