La reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del azúcar, cuyos reglamentos serán aprobados definitivamente hoy por los ministros comunitarios de Agricultura, tal como se temía, se ha comenzado a reflejar en el sector remolachero azucarero. El grupo Ebro Puleva comunicó la pasada semana su decisión de cerrar la planta de Ciudad Real ante la decisión mayoritaria de los agricultores de no continuar con las siembras esta próxima campaña.
Tal como se esperaba, en zonas de rendimientos medios y elevados costes, con una ayuda desacoplada o desligada de la producción (sin necesidad de cultivar), de unos 900 euros por hectárea, los agricultores han optado por cobrar esos fondos y dedicar tierras a otras producciones.
En la zona centro, el cultivo de remolacha supone unas 6.000 hectáreas, con unas producciones de remolacha superiores a las 500.000 toneladas. La fábrica de Ciudad Real tenía una producción media de azúcar en las campañas precedentes de unas 22.000 toneladas, frente a una media de toda la industria de unas 90.000 toneladas y el objetivo de los grupos industriales de conseguir plantas con producciones por encima de las 100.000 toneladas.
De cara a la próxima campaña de siembras que se inicia en la zona centro por estas fechas, los cultivadores de remolacha han debatido en asambleas la decisión a adoptar. Según los datos manejados por el sector, solamente un 10% de los remolacheros estaban dispuestos a seguir con el cultivo. Ello suponía la imposibilidad de tener abierta la planta, mientras el transporte a la fábrica más cercana, en el Duero o en el sur, hacía imposible su rentabilidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de febrero de 2006