Los profesores del primer ciclo de la enseñanza pública portuguesa empezaron ayer una huelga de cinco días, que de momento sólo afecta a las horas no lectivas y a las sustituciones, en protesta por una orden del Ministerio de Educación, emitida en agosto, que prolonga el horario de los maestros desde las 15.00 a las 17.30 (la hora de cierre obligatorio) y les conmina a cubrirlo con actividades no lectivas (sin pagarles horas extraordinarias) y a sustituir a los compañeros de baja.
Los sindicatos exigen que las sustituciones sean pagadas y que las horas no lectivas las impartan monitores de tiempo libre. El ministerio, enfrascado en su lucha por mejorar una precaria educación pública, alega que el 45% de las escuelas no cumple con su obligación de atender a los alumnos hasta las 17.30 y que las ausencias de profesores se cubren de manera poco pedagógica o insuficiente.
La huelga es la respuesta a una orden que el ministerio "no negoció" con la clase docente y que altera "intempestivamente", dicen los sindicatos, los horarios de los profesores. Mientras tanto, el primer ministro, José Sócrates, lamentó ayer la posición de los sindicatos y anunció que el próximo año las medidas se extenderán a la secundaria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de febrero de 2006