El amor a los animales fue superior al miedo a la gripe aviar, al menos durante unas horas. Una mujer con síntomas gripales acudió el lunes a un hospital de Alicante, aconsejada por familiares y amigos, ante el temor de que se hubiera contagiado por la gripe aviar. La mujer, de avanzada edad y conocida en su barrio del centro de la ciudad porque suele dar de comer a las palomas a pesar de la prohibición municipal de hacerlo, había recogido horas antes en la calle una paloma enferma y se la había llevado a su casa. Allí trató de reanimar al animal y para lograrlo no dudó en practicarle técnicas de reanimación respiratoria: le hizo un "boca a pico". Pero sus esfuerzos fueron baldíos. Horas después, se lo contó a varios amigos, que le recomendaron acudir al hospital. Allí descartaron que la mujer se hubiera contagiado, según relató el concejal de Sanidad Juan Zaragoza. Los médicos diagnosticaron un proceso gripal normal y corriente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de febrero de 2006