El consejero de Trabajo e Industria, Josep Maria Rañé, defendió ayer que la Generalitat continuará con su actual política de apoyo a la industria, basada en "ayudas a las compañías con proyecto, tengan o no dificultades", y rechazó la necesidad de un nuevo plan de choque para el sector, que reclaman los sindicatos Comisiones Obreras y UGT.
Rañé aseguró que las perspectivas de la industria catalana son "positivas" a medio plazo. Algunos cierres como el de la holandesa Philips o los más de 600 despidos en Seat "no son generalizables" al conjunto del sector, que continúa recibiendo importantes inversiones extranjeras, en opinión del consejero.
En cuanto a los recursos públicos, Rañé destacó: "Tendrán ayudas aquellas empresas con un buen proyecto de futuro, pero no aquellas que piden apoyo para seguir haciendo lo mismo y del mismo modo".
Un ejemplo es la fábrica de congeladores de ACC Spain en Sant Quirze del Vallès. "Hace unos meses pidieron ayuda sin presentar un cambio estratégico y lo rechazamos, pero ahora estamos estudiando el plan de viabilidad que han diseñado", explicó el responsable de Industria. Unos 200 empleados de esta factoría se manifestaron ayer contra la congelación salarial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de febrero de 2006