Dos películas que sorprendieron al público, y que acabaron convertidas en extraordinarios éxitos de taquilla, son las que ofrece esta semana la colección Cine en Español: la mexicana Y tu mamá también, de Alfonso Cuarón, premiada en festivales de todo el mundo, y la española La gran aventura de Mortadelo y Filemón, de Javier Fesser, que fue vista en España por cinco millones de espectadores.
Y tu mamá también obtuvo la candidatura al Oscar al mejor guión original de 2003 y a los Globos de Oro de ese año como mejor película extranjera, distinción que obtuvo en los festivales de Boston, Las Vegas, Florida, Dallas y Chicago, y en las valoraciones anuales de los críticos australianos, norteamericanos y londinenses. En el Festival de Venecia se alzó con el premio al mejor guión y los jóvenes actores Diego Luna y Gael García Bernal con el trofeo Marcello Mastroianni. No les iba a la zaga en talento interpretativo su compañera de reparto Maribel Verdú, "en estado de gracia, dotando de infinitos matices a su personaje de mujer entrañable, valiente, sabia, dolorida, querida y veraz", escribió Carlos Boyero en El Mundo.
Es la historia de un viaje a través de México, "noción de viaje que es fundamental en la película, porque la historia, siempre imprevisible, parece ir haciéndose sobre la marcha, y porque los protagonistas van descubriendo sus contradicciones y estableciendo nuevas relaciones entre sí precisamente por la condición de disponibles en que los coloca el viaje que han emprendido", según Rodríguez Merchante en Abc: "Una pareja de íntimos amigos invita a una españolita a conocer una playa paradisiaca que ni siquiera existe, ya que sólo pretenden ligársela. El sexo llega -y la película lo muestra de manera gráfica-, pero sus efectos secundarios son completamente imprevistos". Manuel Quinto precisaba en La Vanguardia: "Lo que empieza como una comedia costumbrista y hasta cierto punto satírica en contra de la clase dominante mexicana propiciada por el PRI, se convierte en una road movie iniciática y liberadora y se resuelve en un epílogo doblemente amargo", lo que Fernández-Santos definió como "el relato de una agonía, una gozosa agonía, una agonía vivificadora, que revienta de vida".
La gran aventura de Mortadelo y Filemón fue galardonada con cinco premios Goya -montaje, maquillaje, producción, dirección artística y, por supuesto, efectos especiales: contiene un truco digital cada dos planos-. Se trata de una adaptación de las populares tiras de Francisco Ibáñez sobre los dos agentes secretos "más improbables de la historia", escribió Torreiro: "Pero no es sólo un competente tebeo adaptado: es uno de los más extraordinarios aciertos de elenco que se hayan visto en el cine español, con personajes que parecen más que vivos, directamente dibujados con carne sobre el celuloide; y más que cualquier otro, los dos protagonistas, Pepe Viyuela y Benito Pocino. Y es, en fin, una mirada sardónica y destemplada, irreverente y contagiosamente divertida de las miserias hispanas; una radiografía punzante de lo que somos, más que de lo que creemos ver; un brutal zarpazo realista disfrazado de destructora, desopilante peripecia surreal". Jordi Costa en Fotogramas abundó en esta opinión: "Es una radiografía de la España eterna, la de la chapuza, el facha, el zoquete, el gandulazo, los acentos autonómicos... Mortadelo y Filemón comete la audacia de dotar a sus personajes de dimensión trágica, aturde al espectador con el ritmo y la eficacia de su discurso cómico y acaba construyendo una catedral sólida y barroca con el cemento de sus incesantes (y en apariencia, arbitrarias) ocurrencias".
Sergi Sánchez desde La Razón coincidía con este punto de vista: "Fesser no se corta un pelo, y bajo el amparo del humor blanco y negro -a veces negrísimo-, retrata un país pintoresco y carpetovetónico, viejo y castizo, propenso a la torpeza y el desastre". Torreiro escribió que "Fesser es un desaforado, generoso creador de imágenes, algunas de extraordinaria fuerza, otras de desternillante eficacia, que dejan la sospecha sobre los límites de su inspiración: ¿cómo es posible tanta acumulación de detalles en un solo encuadre?, ¿cómo se le pueden ocurrir tantas locuras en tan poco tiempo?".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de febrero de 2006