En el nuevo Colegio Cardenalicio había hasta ayer ocho cardenales españoles, cinco electores y tres con más de 80 años. De los electores, tres residen en España: Carles Gordó, emérito de Barcelona, 78 años; Rouco Varela, arzobispo de Madrid, 68 años, y Amigo Vallejo, 70, de Sevilla. Los otros dos purpurados desempeñan cargos en la Curia romana: Martínez Somalo, 78, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y Herranz Casado, presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos y presidente de la Comisión Disciplinar de la Curia Romana, 75. A ellos se une ahora Cañizares, de 60 años.
Los cardenales no electores (mayores de 80 años) son Ángel Suquía, emérito de Madrid; Antonio María Javierre, ex prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; y Álvarez Martínez, de Toledo.
El número de cardenales electores españoles no se mueve con los años, pese a haber ahora un 30% más de purpurados. Por ejemplo, al cónclave que en 1963 eligió papa a Pablo VI en sustitución del mítico Juan XXIII también acudieron seis españoles: Pla y Deniel, primado de Toledo; Quiroga Palacios, cardenal de Santiago de Compostela; Arriba y Castro, de Tarragona; Bueno Monreal, de Sevilla; el claretiano navarro Arcadio Larraona, y el benedictino catalán Joaquín Anselmo Albareda, ambos de la Curia.
En 1978, año de la muerte de Pablo VI, ejercían su cargo en España cuatro purpurados: los cardenales Tarancón, de Madrid; Narcís Jubany, de Barcelona; Bueno Monreal, de Sevilla, y Marcelo González, de Toledo. Desde que hay estadísticas sobre la cuestión, allá por el año 1200, España ha tenido 202 cardenales, con la diócesis de Toledo a la cabeza (32 purpurados), seguida por Sevilla (24).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 23 de febrero de 2006