El Juzgado de lo Penal número 1 de Barcelona ha condenado a dos años de prisión a G. S. J., un sacerdote de 61, por abusar sexualmente de una mujer deficiente mental. La sentencia, que puede ser recurrida ante la Audiencia de Barcelona, también prohibe que el párroco se acerque a menos de un kilómetro al domicilio o el lugar de trabajo de la víctima durante cuatro años y que abone a sus familiares una indemnización de 15.300 euros.
Los hechos ocurrieron el 14 de junio de 2000, cuando el párroco de la iglesia Fátima de Igualada llamó a la mujer, que estaba en una escalera cercana escuchando música, y la obligó a entrar en el templo. En el interior de la iglesia y "a resguardo de miradas ajenas", dice la sentencia, el párroco tocó los pechos y los genitales de la mujer, que sufre síndrome de Down y que pese a tener 24 años en esa época, su edad mental es de siete.
Posteriormente, el sacerdote la obligó a que le masturbase, hasta lograr eyacular en los pantalones de la mujer. Después el párrocó intentó limpiar la mancha, regaló a la mujer una bolsa de chucherías "que había sobrado de una romería celebrada hace unos días y había quedado abierta en la parroquia" y le pidió que no contara nada, dice la sentencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de febrero de 2006