El colegio de educación infantil y primaria El Puche, en Almería, donde el pasado miércoles fue agredido un maestro que impartía clases en quinto curso (niños de 10 años) por los familiares de un alumno, contaba con vigilancia policial extraordinaria. La Delegación de Educación anunció que, de ser necesario, no descarta implantar alguna medida de vigilancia adicional "si los ánimos no se calman".
El maestro, que salió ayer del hospital, se recupera tras la intervención quirúrgica. Mientras, Educación ultima el expediente para presentar una denuncia en el juzgado.
Educación sostiene que desde hace años existe "buena coordinación" con la Subdelegación del Gobierno en materia de vigilancia en los centros escolares de El Puche, la zona más deprimida de la capital. Esa relación incluía que siempre que Educación "apreciaba" que había personas que "no debían estar alrededor del centro", la Subdelegación del Gobierno tenía conocimiento y "prestaba una vigilancia especial".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de febrero de 2006