A poco más de un mes para el debut de Dani Pedrosa en el Campeonato del Mundo de MotoGP (26 de marzo en Jerez), hoy, en el circuito de Losail (Qatar), arranca el Mundial de Superbikes, una modalidad que en el gran circo del motor es conocida como un cementerio de elefantes. La parrilla del campeonato de Superbikes-2006 contará con pilotos ilustres que, sin opción de montar una de las exclusivas máquinas de MotoGP, optaron por cambiar de competición. Es el caso del australiano Troy Bayliss, ex campeón del mundo de la especialidad, del italiano Roberto Rolfo, del brasileño Alex Barros o del español Ruben Xaus, todos procedentes de Moto GP, que tratarán de acrecentar la popularidad de un certamen poco conocido en Europa -a excepción de Gran Bretaña- y, sin embargo, muy popular en Estados Unidos.
Mientras en el Campeonato del Mundo de velocidad compiten los más evolucionados prototipos de cada una de las marcas inscritas, en Superbikes las motos son derivadas de las producidas en serie. Aunque los equipos de Superbikes pueden modificar algunos elementos de la moto, la normativa es más estricta que en el MotoGP, categoría en que las únicas limitaciones son de cilindrada y peso y donde las marcas invierten mucho dinero en sus departamentos de investigación.
En MotoGP, además, todo se pone en juego en una única carrera mientras que cada prueba de Superbikes consta de dos mangas con puntuaciones individuales en cada una. También el método de formación de la parrilla es distinto. Las convencionales sesiones de entrenamientos de MotoGP, donde el más rápido obtiene la pole position, nada tienen que ver con las del sistema Superpole en Superbikes, en que los motoristas realizan tres giros: uno de lanzamiento, otro cronometrado y el tercero de regreso al box. No hay margen de error.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de febrero de 2006