Los movimientos de las eléctricas en Europa están generando inquietud entre los sindicatos. En España, UGT teme que la posible compra de Endesa por parte de la alemana E.ON provoque despidos en la plantilla española. Las organizaciones sindicales francesas observan también con preocupación el efecto que pueda tener sobre el empleo la fusión de Gaz de France y Suez.
El interés de E.ON por Endesa plantea incógnitas que la alemana aún no ha resuelto. Fuentes de UGT temen que E.ON encuentre menos rentable de lo previsto la compra de Endesa y que esa menor rentabilidad se traduzca en pérdidas de empleo.
Para argumentarlo, el sindicato recuerda que E.ON ya acometió dos operaciones de este tipo que culminaron con despidos: en 2002 la alemana compró la británica Powergen, con la consiguiente pérdida de 1.760 puestos en un periodo de dos años. Peores consecuencias tuvo la adquisición de la estadounidense Midlands Electricity en 2003, que provocó 5.000 despidos al año siguiente.
Otro efecto adverso de la eventual entrada de E.ON en Endesa se centra en los derechos de emisión de CO2. E.ON tiene un déficit de emisión del 20% (es decir, emite más CO2 de la cuota que tiene asignada), mientras que Endesa tiene asignados gratuitamente derechos por parte del Gobierno. E.ON podría aprovechar parte de esos derechos para su propia matriz.
El destino del I+D
El destino de los proyectos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) es otro de los aspectos que preocupan a UGT. El sindicato teme que se produzca un efecto sede y que las líneas de investigación acaben en Alemania. También existe incertidumbre sobre la distribución de energía a Baleares y Canarias, que Endesa realiza en forma de monopolio. "Si la empresa es extranjera, resulta más difícil garantizar ese suministro", aseguran estas fuentes.
Existe, asimismo, el riesgo de que E.ON desvíe gas asignado a España para llevarlo a Alemania. Los contratos de gas de Endesa son flexibles en destino, es decir, España no es necesariamente la destinataria de la materia prima, por lo que E.ON podría hacer uso de ese gas en principio destinado a España.
En Francia, Gaz de France y Suez han recalcado que la fusión no supondrá la destrucción de puestos de trabajo, informa Efe. El ministro francés de Economía, Thierry Breton, ha convocado a los sindicatos para trasladarles esta idea y tranquilizarlos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de febrero de 2006