La reforma del mercado del Guinardó y su entorno comenzó ayer con el inicio de las obras de demolición de dos naves industriales que lo rodean, La Rabia y El Carroñero, abandonadas desde hace años. El espacio que las dos viejas fábricas dejan libre lo ocupará un sinfín de equipamientos: un centro de atención primaria, un centro cívico, un casal y una residencia para gente mayor, y una guardería. Y el resto, zona verde. El mercado del Guinardó también sufrirá un íntegro lavado de cara y en su interior albergará un supermercado. Todas estas actuaciones estarán listas antes de 2009, puntualizó el alcalde de Barcelona, Joan Clos. El presidente de la Coordinadora de Entidades del Guinardó, Agustí Xifré, aseguró que con esta actuación "empieza el final de una degradación del barrio"
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 2 de marzo de 2006