El diputado vizcaíno de Innovación y Promoción Económica, Ricardo Barainka, prevé que se va a registrar "un goteo" de casos de empresas que tienen sus sedes principales fuera de Vizcaya y, "con la frialdad más absoluta", van a trasladar a otros lugares sus plantas de producción en territorio vasco. El diputado ofreció ayer una rueda de prensa tras comparecer en comisión en las Juntas Generales y reclamó que en las próximas convocatorias de ayudas institucionales a las empresas que se instalen en Vizcaya "se endurezcan las condiciones y los compromisos" a esas compañías para que no se marchen a los pocos años.
Barainka apuntó que la propia configuración empresarial de Vizcaya, con muchas industrias que tienen sus centros de decisión fuera del País Vasco, puede propiciar que los actuales casos de Virtisú, que se traslada a Barcelona, o L&P Spring, que cierra su planta de Zamudio para ir a Zaragoza, supongan el inicio de "un goteo" de traslados de plantas fuera de Euskadi.
El diputado foral señaló que para muchas firmas del tejido industrial tradicional de Vizcaya el futuro "es innovar o morir", como ya está ocurriendo en muchas compañías por los procesos de deslocalización, que, por un lado, afectan a las compañías con productos fáciles de fabricar en otros países a precios más bajos y, por otro, implican el traslado de plantas productivas a otros puntos de España.
Innovación
Ante la primera situación, las empresas vizcaínas deben ofrecer "un valor adicional y nuevo para competir", dijo Barainka, pero alertó especialmente de esa segunda deslocalización interna "que ya está ocurriendo", como muestran los dos casos citados. Detalló que la empresa norteamericana L&P Springs ha copado el mercado español de muelles de colchones y para asientos de automóviles al adquirir las plantas de Zamudio, Zaragoza y Jaén. Dominado el mercado, decide concentrar la producción "allí donde más barato" le resulta producir, lo que ha conllevado el cierre de la planta vasca.
El diputado adelantó que los trabajadores vizcaínos de ese grupo han acordado aceptar su traslado a Zaragoza para poder luego presionar más a la compañía y negociar unas indemnizaciones muy superiores a las que les ofrecen si abandonan ahora la firma. Sin embargo, Barainka alertó de la gravedad de esa situación: "Les indemnicen o no, perdemos más de 50 puestos de trabajo" y "como el centro de decisión está a miles de kilómetros, se adoptan las decisiones que les interesan sin tener el corazón aquí".
Ante ese proceso de deslocalización, el diputado recomendó a las firmas vizcaínas comenzar procesos de innovación para poder ser competitivas en el nuevo mercado. Para ello, la Diputación ha creado una agencia con la que acercar los procesos de innovación al 40% de las empresas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 2 de marzo de 2006