Hace ya unos añitos que a alguna de las muchas mentes pensantes que tenemos que padecer se le ocurrió rebajar la barra de pan de un kilo hasta los ochocientos gramos, naturalmente sin que esta merma influyera para nada en el precio, que permaneció inalterable hasta la próxima subida. Supongo que la intención principal de esta genial idea estaba encaminada a reducir la ingesta de perjudiciales calorías con la subsiguiente mejora de nuestra imagen.
Posteriormente, nos hicieron otro gran favor al diseñar la botella de vino, cambiando sus 75 centilitros por la más sana de 70 centilitros. Ninguna duda que esto también estaba pensado para que redujéramos nuestro consumo de alcohol, en aras del cuidado de nuestra salud, aunque fuera, como en el caso anterior, pagando lo mismo.
La tercera gracia fue idear un pack que contiene 10 huevos, sustituto de la tradicional docena. Otra idea genial; el consumidor lo echa al carro, paga sin saber a cuánto está pagando cada unidad, pero, eso sí, su hígado se verá mucho más aliviado.
Ahora vamos con la última perla que acabo de descubrir: el que suscribe, a pesar de todas las campañas organizadas, sigue siendo fumador de élite; pues bien, acabo de descubrir que mi marca habitual, Lucky Strike, también ha decidido preocuparse de la salud de sus clientes. Los paquetes que desde siempre han contenido 20 cigarrillos, ahora contienen 19. No es fácil darse cuenta. El contenido viene indicado en la fina tira de celofán que se quita para abrir el paquete. Yo me he dado cuenta casualmente al fijarme que en el cartón de 10 paquetes lo indica claramente. Aquel consumidor de paquete individual puede estar fumando años sin enterarse de la fiesta. Otra mejora para la salud de los consumidores de esta marca: teóricamente estoy fumando tres cigarrillos menos al día. Algo es algo.
Bromas aparte, estas cosas me parecen una monstruosa tomadura de pelo para los consumidores de todo tipo de producto. Pienso sinceramente que estos ejemplos son sólo una pequeña parte de las chapuzas que nos están haciendo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de marzo de 2006