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Crónica:Fútbol | 26ª jornada de Liga

El Sevilla es mejor con 10

El cuadro andaluz se impone al Athletic tras mejorar con la expulsión de Dragutinovic en el minuto 38

La teoría de que con un jugador menos se juega mejor fue en su momento una machada del que la ideó -se especula con varios posibles responsables-, supone una tontería para los lógicos, pero en ocasiones es una realidad como una montaña. El árbitro vio más de lo que realmente pasó en una disputa por el balón entre Dragutinovic y Aduriz y dejó a los sevillistas con 10 jugadores. En ese momento, el resultado era de empate a un gol y los andaluces habían tenido el balón en sus pies siete de cada diez minutos. Sin el defensa serbio, el partido acabó con el triunfo local y con el Athletic con casi tanta posesión como sus contrarios.

Javier Clemente había diseñado un equipo de mucha gente motivada y de coraje y unos pocos, concretamente Iraola y Yeste, de bastante calidad. La expulsión le cambió el guión a la disputa y dejó sin sentido la elección del técnico vasco. Él había salido a molestar e intentar sorprender y cuando tuvo que tocar y controlar con un Sevilla replegado, no tenía sobre el césped lo que necesitaba.

SEVILLA 2 - ATHLETIC 1

Sevilla: Notario; Daniel Alves, Escudé, Dragutinovic, David Castedo; Jesús Navas, Renato, Maresca (Jordi, m. 62), Adriano (Puerta, m. 78); Kanouté y Saviola (Aitor Ocio, m. 46).

Athletic: Lafuente; Expósito (Dañobeitia, m. 79), Ustaritz, Prieto (Etxebería, m. 65), Amorebieta; Iraola, Orbaiz, Gurpegui, Casas (Urzaiz, m. 72); Yeste y Aduriz.

Goles: 1-0. M. 16. Maresca, de penalti. 1-1. M. 20. Aduriz. 2-1. M. 60. Kanouté.

Árbitro: Rubinos Pérez. Amonestó a Gurpegui, Ustaritz, Jordi, Yeste, Etxeberria, y Orbaiz. Exspulsó, por doble amonestación a Draguntinovic. (m. 38).

Unos 40.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán. Los seguidores ultras del Sevilla, entraron al estadio en la segunda mitad como protesta por la actuación de la policía en los controles previos a los partidos.

El Sevilla no tenía profundidad en las bandas, y no por una decisión técnica ni táctica, y se dedicó a enviarle balones a Kanouté. El espigado africano ya le dio un balón de gol a Dragutinovic, que no llegó ni a rematar, en el minuto cinco. Un cuarto de hora después escenificó en el área una escena de vuelo -con sus piernas tan largas quedó hasta estético-, Rubinos picó y Maresca marcó el penalti.

El Athletic se enrabietó con el gol y Aduriz neutralizó la ventaja tras una fantástica dejada de Yeste. Tuvo el conjunto vasco varias oportunidades más hasta que llegó el descanso. Pero, de nuevo Kanouté marcó a media hora del final y cuando Clemente quiso cambiar de equipo y hasta de concepto del fútbol, ya era demasiado tarde.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de marzo de 2006