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CARTAS AL DIRECTOR

Misión imposible

Me rindo: ya no tengo ganas de pelearme más. Los dueños de las salas de cine de la ciudad donde vivo me han echado. Ya no es sólo que enciendan las luces durante los títulos de crédito y la música final; es que ahora las limpiadoras hacen tertulia a viva voz en la misma sala.

Seguiré viendo cine, pero ahora "pirateándolo". Gracias por el ahorro.

(Tampoco lo veré por televisión. Una está harta de que le corten la publicidad para ver un trozo de película...).

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de marzo de 2006