La irrelevancia de la respuesta a la huelga general demuestra que el entorno de ETA "no tiene recorrido social ni político", señaló ayer el ministro del Interior, José Antonio Alonso, para quien ese fracaso es "una buena noticia para la sociedad vasca, para el resto de la sociedad española y para la democracia en su lucha contra el terrorismo".
A juicio del ministro, ETA quiso hacerse presente con las bombas, interpretación en la que coincidieron la portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, y el delegado del Gobierno en Euskadi, Paulino Luesma.
Para Azkarate, Batasuna y el sindicato abertzale LAB "sólo han recibido el apoyo de ETA", cuya intervención "les ha saboteado el día de lucha". "Si yo fuera dirigente de Batasuna no me sentiría precisamente contento", añadió. La portavoz del Ejecutivo autónomo pidió a la formación ilegal "responsabilidad para no frustrar las esperanzas" y compromiso con su promesa de "sacar el conflicto y el enfrentamiento de las calles".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de marzo de 2006