Bueno, ¡ya estamos contentos todos los catalanes porque por fin en el texto de l'Estatut se podrá decir explícitamente que Cataluña es una nación!
Señores políticos: ¿de verdad creen ustedes que a mí me quita el sueño que seamos o no una nación, cuando la justicia tarda 40 días en tomar medidas cautelares en el caso de maltrato de una criatura de cinco años (que ahora está en coma); cuando la inseguridad ciudadana crece cada día; cuando sigue aumentando el número de víctimas por violencia doméstica; cuando nuestros jóvenes no pueden hacer planes de futuro; cuando vivimos en la ciudad más cara del Estado; cuando mi hija de 30 años con dos carreras y un máster no se puede independizar por falta de un trabajo seguro y unos precios de las viviendas inaccesibles; cuando yo misma tengo sin resolver un problema de vecindad, teniendo el fallo judicial a mi favor desde hace más de dos años y medio, etcétera?
Señores padres de la patria, por favor, bajen de las nubes, acaben ya sus vacaciones siderales y caminen al lado de los pobres mortales, a ver si así pueden enterarse de una vez de lo que realmente le preocupa al ciudadano, y no me hablen del sexo de los ángeles, ¡que no está el horno para bollos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de marzo de 2006