Querida niña: aún recuerdo la noticia e imagen que mostraron los medios de comunicación de ti el 11-M. Como madre pensé, cómo te sentirías al haber tenido que vivir aquella mañana esa lamentable tragedia, y estar varias horas corriendo por el pánico. Terminarías extenuada. En este día quiero alentarte con mis palabras: que así como no te detuviste por nada, continúes igual de valiente en el diario vivir. Disfruta de todo lo bello y bueno que hay, y no permitas que esa mala experiencia detenga todo el potencial que hay en ti.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de marzo de 2006