Irán descartó ayer la propuesta rusa para enriquecer uranio fuera de su territorio, cerrando una de las últimas bazas que tenía para escapar a las sanciones internacionales que le puede imponer el Consejo de Seguridad de la ONU. Fue el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Hamid Reza Asefi, el encargado de anunciar la decisión de su Gobierno: "La propuesta rusa ya no está en nuestra agenda. La situación ha cambiado".
La propuesta del Kremlin, que contaba con el respaldo de la comunidad internacional, consistía en crear una empresa conjunta ruso-iraní para enriquecer dentro de Rusia uranio destinado a satisfacer las necesidades de las futuras plantas eléctricas nucleares de Irán. Esta fórmula, que incluía la supervisión del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), permitía garantizar que el proceso de enriquecimiento de uranio no podría ser utilizado por el Gobierno iraní para fabricar armas nucleares. A cambio, Irán debía retornar al régimen de moratoria sobre todas las actividades de enriquecimiento de uranio, incluidas las investigaciones.
Esta decisión parece ser la respuesta de Teherán a la visita a Washington, la semana pasada, del ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov. Tras reunirse con el presidente George W. Bush y la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, Lavrov dijo que la solución a la crisis se tomaría "en línea con la comunidad internacional", palabras que Teherán interpretó como un alineamiento con EE UU.
"Irán no renunciará a sus derechos. Eso está fuera de discusión", dijo Asefi en referencia a lo que llamó "su derecho natural e indiscutible de acceder a la energía nuclear para usos pacíficos".
El portavoz ministerial descartó que Irán vaya a abandonar el Tratado de No Proliferación (TNP), no así su jefe, el ministro Manucher Mutaki, quien dijo que Teherán podría "revisar" incluso su pertenencia al tratado si se ve privado de su derecho a la energía nuclear (es decir, si es sancionado), pero reconoció que eso sólo sería en caso extremo.
Reacción de Moscú
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Mijaíl Kamynin, aseguró que Moscú esperará a recibir la notificación formal de Irán para dar su opinión. Otras fuentes rusas afirman que la decisión iraní ha cerrado la última posibilidad de acuerdo.
El presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Diputados de Rusia, Konstantín Kosachov, declaró que "resulta cada vez más evidente que Teherán nunca examinó la propuesta rusa de crear una planta conjunta como alternativa a su propio programa de enriquecimiento de uranio, sino sólo como un complemento a este ultimo".
El legislador subrayó que esa postura era desde un comienzo inaceptable para Rusia y la comunidad internacional, pero para Irán representaba la oportunidad de crear la ilusión de un proceso negociador y dilatar al máximo el envío de su programa nuclear al Consejo de Seguridad de la ONU.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de marzo de 2006