Por su raigambre literaria, las palabras "piratería", "saqueo", "expolio", "pillaje" y "botín" son las que primero acuden a mi mente para caracterizar la publicación en El Mundo (10-III-2006) de diversos textos de mi autoría, tanto poemas como respuestas, redactadas íntegramente por escrito, a un cuestionario que es maquillado de entrevista. Pero parece más adecuado hablar, en lo personal, de deslealtad; en lo profesional, de incumplimiento, y, en lo jurídico, de vulneración de la vigente Ley de Propiedad Intelectual, susceptible, en su caso, de ser objeto de las oportunas acciones legales. La "entrevista", en efecto, y la prepublicación de los poemas no fueron concedidas a El Mundo, sino a El Cultural, publicado por distinta empresa editora, para su aparición el 16 de marzo; denegado, de palabra y por escrito, el trasvase a El Mundo del día 10 tanto de mis respuestas como de los poemas, y denegado por mí mismo y por Seix Barral además, se produjo, sin embargo, y, en el caso de los poemas, ni siquiera el de los cuatro cuya prepublicación había sido anteriormente acordada, sino el de tres de ellos, reemplazado el cuarto por otro no convenido y más breve que aparece además con erratas, dado que no había sido mandado por correo electrónico. La comparación con lo aparecido el 11-III-2006 en Babelia evidencia la distancia que va de una colaboración real a una publicación salvaje.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de marzo de 2006