Paradigma de un pop contemporáneo, urbano, amable e inconcebible sin su atractivo componente visual, el grupo Pastora presentó en Madrid las canciones de su cuarto álbum -segundo con su vocalista Dolo Beltrán-, La vida moderna, en un ambiente tremendamente favorable de público entregado. La puesta en escena ha mejorado notablemente -cuestión de medios económicos-, aunque quizá con ello se haya eliminado ese componente de "hágaselo usted mismo" que resultaba tan encantador. Se ha incorporado una pantalla de vídeo de alta definición carísima, las luces son aún mejores que antes y el grupo se siente a sus anchas sobre el escenario.
En cuanto a la cuestión musical, la sensación y el comentario generalizado fue que había sido tan bueno y sorprendente su álbum anterior, tan lleno de luz mediterránea, de calles de Barcelona en verano, de vestidos leves y sol y agua y noches de diversión y sentimientos, que este último disco lo tenía bastante difícil a la hora de colmar expectativas. Los nuevos temas, con no ser malos, sí parecen más pop estándar. No obstante, aún se dejan en escena tremendas canciones nuevas como la hermosa Desolado o la introspectiva Mundo interior; que no desmerecen al lado del impresionante Lola, tema bandera del grupo.
Pastora
Dolo Beltrán (voz), Caïm Riba (guitarra y programaciones), Pauet Riba (audiovisuales), Pablo Quiroga (teclados), Ferruti (bajo) y Pau Josa (batería). Sala Caracol. Madrid, 16 de marzo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de marzo de 2006