La resignación con la que se aceptó la huelga de la limpieza en sus inicios se ha convertido con el paso de los días en indignación. Todos los que están sufriendo sus efectos han comenzado a reaccionar. "Estamos muy preocupados", coinciden varios responsables de centros escolares de Irún. "Los servicios mínimos no se están cumpliendo, y la proliferación de problemas alérgicos está generando gran alarma".
Tanto es así que las Asociaciones de Madres y Padres (Ampas) y las direcciones de los centros escolares de Primaria -los de Secundaria dependen de Educación y no están afectados- han convocado una manifestación para el próximo sábado y han anunciado que si las instituciones no toman cartas en el asunto, se encargarán ellos mismos de limpiar las aulas o se encerrarán en el Ayuntamiento como forma de presión ante una huelga que no tiene visos de solucionarse, pues ni siquiera se ha formado una mesa negociadora.
En todo caso, ya hay quien no está dispuesto a esperar más tiempo."El otro día llamó una madre diciendo que no va a traer a sus dos hijos a partir del lunes [por mañana]", confirma Ana Calvo, directora de la ikastola Toki Alai. Otros han decidido llevar a sus niños a la sede del consistorio para presionar. "Algunos profesores nos dicen en privado que es lo mejor que podemos hacer", dice uno de ellos. La huelga se vive cada vez con mayor "crispación", según este padre de familia. "La gente empieza a enfrentarse a las trabajadoras y hay mucha indignación con las instituciones. El colmo es que algunos chavales están participando en una campaña de limpieza del río mientras estudian entre basura".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de marzo de 2006