Los datos dicen que la educación no está muy bien, sobre todo en la enseñanza pública, pero mi instituto era público y estaba muy bien. A los alumnos que tenían más problemas se les apoyaba, se les daban clases de refuerzo". Rebeca Gualberto tiene 20 años y ha vivido toda su vida en un pueblo madrileño, Sevilla la Nueva, aunque estudió bachillerato en otro distinto: Pozuelo.
Ya ha pasado a la universidad -estudia segundo de Filología Inglesa, sus notas siguen siendo brillantes- y continúa al tanto del debate educativo sobre la nueva ley (LOE). "Lo que no puede ser es que si cambia el Gobierno en las próximas elecciones, la cambien otra vez. Cuando yo estaba en el instituto, se acababa de cambiar a la LOGSE y se discutió mucho sobre el nuevo cambio a la LOCE [ley aprobada durante la etapa del anterior Gobierno del PP]. Esto descoloca mucho a los profesores", asegura Rebeca.
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Sus buenos resultados en los estudios, dice, son simplemente algo que "ha estado ahí siempre". Desde pequeña, ha obtenido buenas notas, se acostumbró y le gusta. A las pruebas para el premio nacional de bachillerato se presentó porque se lo pidió el instituto y, como acababa de hacer la selectividad, no le hacía falta "estudiar mucho".
Rebeca no cree que las mujeres tengan menos oportunidades que los hombres: "Tenemos las mismas, pero a cambio tenemos que demostrar mucho más", asegura.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de marzo de 2006