El próximo día 26 tendremos que adelantar los relojes una hora con motivo del inicio del horario de verano. Aunque la medida se aplica de forma coordinada en toda Europa, creo que su impacto para España es mayor que para otros países debido a la peculiaridad de nuestro horario de invierno.
A efectos de este horario base, España está incluida en la zona central europea, lo que implica un adelanto de una hora sobre el que le correspondería por su posición geográfica, que sería el de Europa occidental (Irlanda, Reino Unido, Portugal...). Y la peor parte es para Galicia, ya que, con la misma hora, el adelanto es mayor cuanto más al oeste (dos horas para las provincias atlánticas).
Así pues, el horario de verano supone en realidad, para España, un superadelanto de dos horas (tres para Galicia). ¿De verdad el ahorro de energía puede compensar los inconvenientes de este exceso? Es más, ¿de verdad se ahorra energía? Por lo pronto, lo que muchos notaremos en la mañana del 27 al ir a trabajar será más oscuridad (amanecerá más tarde) y necesidad de utilizar luz artificial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de marzo de 2006