Uno de los pocos datos que se han revelado de Revolution, la nueva máquina de Nintendo, es su peculiar controlador. Tiene forma alargada y es casi idéntico a un mando a distancia, que todo el mundo asocia a la televisión.
En su interior, el mando alberga una avanzada tecnología que permite a la consola saber la posición del mando en el espacio. Realizando gestos con una caña de pescar inexistente, Miyamoto representa cómo se utiliza este nuevo periférico: "los movimientos son naturales y se muestran fielmente en la pantalla. En un juego de pesca, por ejemplo, se cogerá el controlador tal cual se agarraría la caña. Para lanzar el anzuelo deberás hacer el gesto natural y si tienes suerte y pican lo verás en pantalla por el movimiento del hilo y lo notarás en tus manos por la vibración del mando", describe.
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"No hay reto sin riesgos"
Los detalles completos de Revolution se darán a conocer unos días antes de la apertura de la Electronic Entertainment Expo E3, la feria de Los Ángeles, dedicada al entretenimiento electrónico y que se celebrará del 9 al 12 de mayo.
El genio japonés no teme a un fracaso. "Nuestra filosofía es lanzar algo que suponga siempre un reto. Somos contrarios a los convencionalismos. No hay reto sin riesgo. Pero somos una compañía que sólo nos dedicamos a los videojuegos y los riesgos deben estar dentro de una tolerancia para que un solo error no acabe con toda la empresa. Podría suceder, pero ese no sería el fin de Nintendo".
Miyamoto dice contar con el apoyo incondicional de los editores de videojuegos. "Lejos de mostrarse recelosos, ahora están prestando muchísima atención tanto a la consola Nintendo DS como a lo que estamos preparando con Revolution. El mensaje con Revolution hacia estas compañías es que si son capaces de encontrar una idea innovadora, con nuestra nueva consola la podrán llevar a cabo y además podrán cultivar un nuevo nicho de mercado en exclusiva, sin por ello tener que estar luchando contra los videojuegos tradicionales".
Parte del éxito, sin embargo, estará también en el precio de la máquina. "Desde luego deberá estar al alcance de la mayoría de gente que desee una Revolution", pero Miyamoto no se sale de ahí. ¿Costará 249 euros? El mago de Nintendo, sonríe diplomáticamente, pero no da ninguna cifra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 23 de marzo de 2006