Todos los presidentes de Gobierno españoles han tenido la aspiración de conseguir la paz en el País Vasco, pero Zapatero tiene mejor posición que sus predecesores. (...) Tras el anuncio de ETA, los españoles son más optimistas sobre las posibilidades de que haya paz que nunca antes en la historia del separatismo vasco. (...) Zapatero no puede ofrecer autogobierno al País Vasco -como hiciera Tony Blair con Irlanda del Norte- porque ya disfruta de un alto nivel de autogobierno. (...)
Los atentados del 11-M representaron un punto de inflexión para ETA, a la que el terrorismo islámico condenó a la irrelevancia, en palabras de Kepa Aulestia. Incluso antes del 11-M, ya declinó mucho su efectividad como grupo terrorista (...) así como su influencia política en el País Vasco tras la ilegalización de Batasuna. (...)
Batasuna tiene la esperanza de que las conversaciones de paz entre el Gobierno y la banda terrorista irán lo bastante deprisa como para ser legalizada a tiempo de concurrir a las próximas elecciones municipales, en 2007.
Londres, 23 de marzo
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de marzo de 2006