La canciller alemana, Angela Merkel, intercedió ayer personalmente por el afgano Abdul Rahman, que está siendo juzgado en Afganistán por haberse convertido al cristianismo y sobre el que pesa una acusación de pena de muerte. Merkel telefoneó al presidente afgano, Hamid Karzai para comunicarle su "preocupación por el caso". En una conversación "muy constructiva", Karzai aseguró que "el caso tendrá una rápida solución en el marco de la ley afgana y en cumplimiento de los compromisos internacionales que Afganistán ha adquirido", informa el Bild Zeitung. "Espero que alcancemos una solución", declaró Merkel en Bruselas antes de comenzar la cumbre a la que asiste.
El ministro afgano de Economía, Amin Farhang, dijo a la radio alemana Deutschlandfunk que cree que Karzai intervendrá en el caso. Farhang aludió a la separación de poderes en Afganistán, pero también señaló que el respeto a los derechos humanos está protegido por la constitución de aquel país. "Puede ser que haya un conflicto entre ambos poderes. En ese caso es el presidente el que debe resolverlo. Espero que la solución sea en beneficio del acusado", declaró Farhang.
El juez que lleva el proceso, Ansarullah Maulawisada, se mostró inflexible. "Afganistán es un país islámico, y su justicia obrará independiente y neutralmente", declaró a la agencia Reuters. El juez recordó que no tolerará otra conducta que la dictada por las reglas islámicas y la constitución.
Abdul Rahman vivió durante años en Alemania y se convirtió al cristianismo hace 16, cuando trabajaba en Pakistán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de marzo de 2006